Los buenos amigos y los lectores de este blog que voy conociendo, poco a poco, en diferentes eventos, me preguntan por mi dinámica de escritura. ¿Cuánto tiempo dedicas a escribir? ¿Dónde surgen las ideas para cada Post? ¿Cómo mantienes la motivación para hacerlo periódicamente?

Me sorprende que las mismas preguntas se repitan tan a menudo; sobre todo porque, yo no me las había planteado nunca. Al principio, tratando de responder, balbuceaba.

  • Bueno no sé… no tengo una respuesta, nunca lo había pensado.

Tras reflexionar, ahora sí, tengo alguna aproximación de respuestas a las preguntas. Así que si son de vuestro interés…allá va.

Como podréis suponer, dependiendo de la complejidad del artículo se tarda más o menos (especialmente si es necesario apoyo documental y enlaces) pero el proceso de escritura suele ser fluido una vez la idea del artículo ya está bien definida en mi cabeza. En resumen, sobre unos 30 minutos.

Evidentemente, lo complejo es definir la idea del artículo y que tenga un comienzo y un cierre.  Afortunadamente, nuestro sector está lleno de temas apasionantes e inacabables.

Antes tenía una libretita donde cualquier cosa que me llamara la atención me la apuntaba a modo de “frase con sustancia, moraleja o nuevo conocimiento”.  A partir ahí, salía todo. Ahora los medios tecnológicos (Onenote, Evernote, Feedly, etc.) me permiten tener “mi libretita electrónica” donde los temas se van enriqueciendo, poco a poco, con enlaces e ideas complementarias. Ahora mismo, tengo 9 artículos en proceso. Es decir, 9 temas con anotaciones y enlaces varios, que de vez en cuando repaso para ver si con alguno se me ocurre “la idea feliz” del artículo.

Y respondiendo a la última pregunta… ¿Cómo se mantiene la motivación para seguir escribiendo con una cierta periodicidad?

Una parte esencial es una motivación interna. Me encanta escribir (escritor frustrado). Disfruto compartiendo ideas (filósofo frustrado). Me regocijo hablando con profesionales a los que respeto (locuaz, sin amigos suficientes a los que darles la charleta).

Y, también, creo que en un sector tan abandonado, los profesionales estamos obligados a dar algo más, aparte de nuestro ejercicio profesional diario. Por otra parte, este blog estuvo abierto hace unos años y me vi compelido a cerrarlo pues mis opiniones personales, vertidas por este medio, afectaban a mi desarrollo profesional en la empresa para la que trabajaba. Este hecho, me dejó una cierta frustración de la que ahora me estoy resarciendo.

Y también hay una motivación externa. La gente me anima. “David, por favor, sigue escribiendo”. “Gracias por tus artículos”. “He aprendido mucho y te sigo”. “El blog debería contar para créditos en la Universidad”. Ya veis…uno se siente útil y por qué no decirlo, gracias a vosotros, me sube la autoestima.

En resumen… lo que responde a todas las preguntas es: “frustración y ego” (Ja, Ja… mis haters van a disfrutar)

Aunque también hay críticas. Y no me refiero a las diferencias de opinión. Estas, son bienvenidas. Me encanta que me cuestionen y no me den la razón; es una buena forma de seguir aprendiendo. Porque si algo sabemos, ya, es que este negocio es muy dinámico y lo asumido como cierto, hoy, puede no serlo mañana.

Las críticas que me sí me preocupan (ocupan) son las que tienen que ver con mi estilo de escritura. “David, de tal o cual artículo, no he entendido nada”. Este blog está dedicado a los ya iniciados, pero también es mi particular intento de divulgación generalista de las realidades de este sector. Así que, evidentemente, cuando me dicen algo así, me hace reflexionar sobre mi capacidad para resultar inteligible.

Hay un defecto compartido por todos los que hemos estudiado Marketing. El uso del “palabro”; preferiblemente, en inglés (para que se vea que dominas). “Buzz marketing”, “Pull strategy”, y etc. Ya os aviso que, este defecto, tiene mal arreglo. Algunos de estos “palabros” son prescindibles, pero otros forman parte de la jerga aceptable y la traducción no la conoce nadie.

Cuando los incluyo procuro enlazar con una fuente que los explique con más profundidad, aunque si no se está familiarizado con ellos, corro el riesgo de que el artículo no sea comprensible más que por los lectores con conocimientos avanzados.

En el artículo de la semana pasada hablaba de la segmentación (ya veis, hoy, sí incluyo enlace). Bueno, mejor dicho hablaba de hipersegmentación.  Y es el típico ejemplo de dar algo por supuesto, sin atender a los conocimientos previos del lector generalista. Y de esta manera, alguien de mi entorno preguntó: ¿eso de la segmentación qué es? Y yo le respondí algo así como…

Con la segmentación, perseguimos clasificar a los consumidores en grupos homogéneos para definir estrategias básicas del marketing Mix. Con su cara de pasmo fue suficiente para darme cuenta de que lo había vuelto a hacer… “palabro, jerga y ataque de… ahí queda eso”.

Por suerte, recordé una anécdota de la niñez de mi padre sobre un pequeño puesto de café de su pueblo. El pueblo de mi padre era el típico pueblo rural de postguerra con muchas necesidades y privaciones. Un lugareño, impedido para trabajar en el campo, montó un puesto de café que atendía a los parroquianos, desde muy temprano, con café y un aguardiente que si no te mataba, te calentaba para el resto del día.

El modestísimo puesto no era más que un hornillo con sus cafeteras caseras, un ventanuco con barra y un cartel escrito mano que rezaba lo siguiente:coffee-mug

  • Café………………………………………2 reales.
  • Café-Café……………………………….1 ptas.
  • Café por la gloria de mi madre…….2 ptas.

Esto es marketing en estado puro. Incluso antes de que las teorías del marketing estuvieran desarrolladas, ya se aplicaban porque son de sentido común (ya se sabe: “el menos común de los sentidos”).

Había detectado tres tipos de parroquianos dispuestos a pagar por café, pero con distinta capacidad de compra. Es decir, el señor del puesto de café había segmentado su mercado por renta disponible y había tomado decisiones en el marketing mix:

  • Diseño y desarrollo de Producto. (una de las famosas 4Ps). El definido como “Café” era el conocido como “falso café”, “café de malta” u “orzo” y era, por supuesto, el más barato. El “Café-Café”, era una mezcla de café auténtico, pero de calidad ínfima, con el café de malta. Con suficiente café como para que la cafeína hiciera un mínimo efecto. El “Café por la gloria de mi madre”. Era café auténtico 100%, de mayor o menor calidad, pero café. Y es que en Andalucía, no hay nada más sagrado que la memoria de una madre ausente.
  • Política de Precio (otra “P” del marketing Mix). Como comentábamos, tras diseñar el producto y el servicio, había aplicado una política de precio basada en una segmentación de 3 estratos demográficos por renta disponible (bajo, medio, alto). Aplicando precios por valor percibido en vez de por costes reales del producto. Muchos años después la distribución moderna en Reino Unido, haría lo mismo (segmentación en 3 estratos) y serían inmensamente famosos por su sabiduría y capacidad de análisis del mercado (pero esta es otra historia).
  • Política de Comunicación (Otra de las famosas “Ps”, porque en inglés diríamos Promotion). El paisano se colocó un cartel bien visible, escrito a mano pero legible, que empatizaba culturalmente con la clientela y explicaba el producto evocadoramente. ¿Por qué llamar “falso café” al café de malta? Se le llama “Café” y punto.
  • La última “P” es la de Place. (Distribución, lugar). En su caso, su modesto puesto. Y aquí, no había mucho más que hacer más que definir los horarios adecuados y estar a la salida del pueblo en dirección al campo.

Creo que siempre hay una manera de conseguir ser inteligible; de hacernos entender sin resultar cargantes. Espero que en esta ocasión lo haya conseguido, aunque para el futuro no prometo nada.