El pasado 18 de octubre, la agricultura, tal y como la hemos conocido hasta ahora, cambió de golpe. Un aséptico comunicado de prensa emitido en Cambridge, Massachusetts (EEUU) ha desatado la mayor carrera biotecnológica en la Agricultura desde la Revolución Verde.

He esperado 3 semanas comiéndome las uñas y deseando empezar a leer los sesudos análisis de los prestigiosos analistas, de la prensa generalista o de la prensa especializada. ¡Silencio absoluto!

Las fuerzas del mayor cambio en la producción agrícola que ha visto la humanidad se han puesto en marcha y no hay titulares ni avalancha de informaciones. ¡Estupefacción!

Recapitulemos… ¿Qué pasa? ¿Qué ha pasado?

Pasa lo siguiente:

  • La población mundial aumentará en un 35%% de aquí a 2050 hasta los 9.000 millones.
  • Para alimentar a esta población, la producción mundial de alimentos debe doblarse.
  • Está en duda la capacidad del planeta para proveer alimentos para todos (Cambio climático, agua, sostenibilidad, productividad actual, tierras arables disponibles, etc.)

La biotecnología se perfila como la solución más importante para el conseguir evitar un colapso alimentario global en el futuro. De todo esto he venido escribiendo en diversas entradas de este blog a lo largo de los 2 últimos años (Ver enlaces: La biotecnología…, La noticia…, La agricultura…).

Hasta ahora, este futuro promisorio que nos trae los avances biotecnológicos ha sido algo abstracto e inasible. Pero todo se ha concretado este pasado 18 de Octubre. La tecnología CRISPR-Cas9, ha sido puesta a disposición de la investigación agrícola en toda su integridad.

Y esto ¿qué es? y ¿por qué es tan importante?

La tecnología CRISPR-Cas9 abre una nueva era de la ingeniería genética en la que se puede editar, corregir, alterar, el genoma de cualquier célula de una manera fácil, rápida, barata y, sobre todo, altamente precisa. (Para ampliar conocimientos sobre el tema ver el magnífico artículo recopilatorio de huerta digital)

Y no crea Organismos Genéticamente Modificados (OGMs) porque no usa genes de otras especies sino que, simplemente, consigue cambiar los genes de cualquier elemento vivo con el mapa de genes de su especie. Básicamente, cualquier cosa posible dentro de los límites de la especie puede ser reproducida.

Las implicaciones son increíbles e incluyen posibilidades que necesitarán de revisión ética por parte de los comités científicos pues se abre la puerta al diseño completo de organismos vivos. Podremos diseñar individuos a la carta: altura, musculación, ojos, piel, pelo, órganos, resistencia a enfermedades y cualquier otro atributo. En resumen, podremos diseñar el superhombre o cualquier “super-organismo” vivo.

Hasta ahora, esta tecnología estaba partida en colecciones patentes diferentes pero complementarias cuyos derechos pertenecen a dos grupos (Broad Institute y Dupont-Pioneer).Tan sólo Dupont-Pioneer estaba trabajando en el potencial agrícola con su limitado set de patentes, pero el 18 de Octubre, ambos grupos, firmaron un acuerdo para darse acceso mutuo (a los dos grandes sets de patentes) y además, proporcionar acceso gratuito a todos los centros académicos del mundo y, también, a todos los centros de investigación sin ánimo de lucro. También, fruto del acuerdo, abrían la posibilidad a que todas las empresas agrícolas dedicadas a la investigación accedan en forma de licencias no exclusivas a todo el set completo de patentes de esta tecnología.

Me emociona lo que ha pasado. En la práctica, se ha garantizado el acceso universal a la tecnología que puede cambiar el mundo. Ante el vértigo de una distopía futura de hambrunas y guerras por el control de la alimentación, estas organizaciones han abierto el acceso a todos aquellos que pueden hacer una contribución al objetivo más loable que pueda existir: “dar de comer a la humanidad”.

Sólo imaginad por un momento que una corporación o un país hubieran dominado esta tecnología. En definitiva, se ha puesto la primera piedra por la prosperidad y la concordia mundial.

Y sólo 2 semanas después (el pasado 2 de noviembre), Syngenta se hacía con una de estas licencias no exclusivas para usar la tecnología en el desarrollo nuevas variedades vegetales. La noticia es muy significativa porque Syngenta es una multinacional clave en semillas e inputs agrícolas a escala mundial que ha sido recientemente comprada por ChemChina (una de las mayores empresas chinas) y es, de hecho, un competidor directo de Dupont-Pioneer.

Espero haber sido capaz de transmitir la importancia de lo que ha ocurrido. La trascendencia que tendrá en nuestras vidas y las de las generaciones futuras. Y, también, cómo, hechos como este, deben reconciliarnos con nuestro modo de vida, con nuestras sociedades avanzadas, con nuestras instituciones democráticas, con nuestras instituciones educativas e incluso con las grandes corporaciones a las que tanto se acusa de egoísmos e intereses ocultos.

Yo mismo veía con preocupación cómo los dos sets de patentes estaban siendo protegidos y controlados. Así que, ahora, no tengo más que expresar mi profundo agradecimiento, como padre de dos hijas pequeñas, a las investigadoras (sí, dos mujeres) que desarrollaron inicialmente la tecnología, a Broad Institute y a Dupont-Pioneer.

Gracias por vuestra contribución al futuro de la humanidad.