El fenómeno de Internet ha sido bastante disruptivo para muchos negocios e industrias que, aún hoy, andan buscando un “nuevo modelo de negocio” que los pueda hacer sostenibles económicamente.

Las industrias más afectadas han sido aquellas cuyos servicios y productos son fácilmente digitalizables. Reservas de avión o viajes, el juego (gaming), el periodismo, y en general, toda la industria de los contenidos audiovisuales, afrontan un cambio disruptivo que va dejando multitud de empresas moribundas mientras surgen inesperados competidores.

Este cambio está siendo más lento (pero igualmente inexorable) en todos aquellos productos y servicios que requieren un transporte físico del bien o servicio (en estewebshop caso, interacción física) en cuestión.

Las puntas de lanza de este nuevo comercio “sin tiendas” han sido, hasta ahora, empresas como E-Bay, Ali-Baba y muy singularmente AMAZON.

En concreto, en nuestro mundo de la alimentación es recordado el fracaso de la empresa WebVan.com, en julio del 2000 (uno de las mayores bancarrotas en el mundo on-line de la historia, con pérdidas de más de 800 millones de dólares), en el devenir del reventón de la burbuja tecnológica en los EEUU.

No ha sido hasta hace poco cuando, tras multitud de modestos intentos, donde en algunos mercados como Reino Unido, empiezan a verse casos de éxito protagonizados principalmente por la distribución moderna y también, iniciativas regionales como Fresh Direct o PeaPod en los EEUU.

Pero hete aquí que AMAZON (uno de los inversores del fatídico WebVan a través de la fusión por absorción con Homegrocer.com, que también fracasó) recupera la idea de la distribución alimentaria y recientemente lanzaba Amazon Fresh.

La carrera por el dominio del e-commerce alimentario está desatada con múltiples inversiones y diversas estrategias y la cuestión no es, si será una realidad a tener en cuenta, sino cuándo lo será.

¿Va a ser esta vez la buena o se volverán a repetir los sonados fracasos del 2000?

La mayoría de productores de frutas y hortalizas vemos “los toros desde la barrera”. Asistimos  al espectáculo mientras gurús, consultores y administraciones públicas nos dicen las muchas oportunidades que estamos perdiendo al no vender nuestros productos “directamente” por el Internet.

En este mismo blog, en un artículo anterior,  ya definía mi opinión personal sobre el tema y reeditada, vendría a decir lo siguiente…

Cuando alguien quiere comprar un teléfono móvil, lo que de verdad quiere comprar, es un teléfono móvil (modo ironía: ON); mientras que nadie piensa voy a comprar tomates, sino que piensa voy a hacer «la compra» (de alimentos).

Por lo tanto, para proporcionar una experiencia de compra coherente y satisfactoria se necesita de una amplitud y profundidad de surtido suficiente en la oferta on-line alimentaria (y muy superior, por ejemplo,  a la de la electrónica de consumo) que es imposible de alcanzar por un solo productor de frutas y hortalizas.

Por otro lado, el alto coste logístico que generan unos productos pesados y perecederos, necesita de una masa crítica suficiente y de la combinación con otros productos de mayor margen para disminuir su impacto.

Las opciones individuales de un productor se limitan a tener un producto excepcionalmente diferenciado que es imposible obtener por otro canal más convencional. Esto nos lleva a una estrategia de nicho que limita extremadamente la dimensión del negocio y su potencial crecimiento.

Entonces, ¿hay alguna oportunidad para los productores de frutas y hortalizas en fresco en este nuevo mundo on-line?

Ayer mismo el Rabobank publicaba un informe al respecto, alertando sobre la necesidad de adaptar productos y empresas a este nuevo canal de venta. Por mi parte, veo las oportunidades de este nuevo canal, mayoritariamente, relacionadas con las garantías.

Los e-tailers necesitarán garantías. Los clientes se han acostumbrado a escoger los productos frescos en las tiendas físicas y si no pueden hacerlo, querrán estar seguros y confiados en los que le llevan a casa.

Los productos (y productores) con capacidad de dar frescura y una calidad contrastada (entre otras garantías) y regular (durante toda la campaña) serán muy importantes para este canal. Los retailers tratarán de convencer a estos “especiales productores” para  identificar el producto con su marca (La de la distribución – MDD) y de esta forma, reforzar el mensaje de garantía con marca del servicio on-line.

Aunque también, si no transigen en convertirse en MDD, puede ser la última oportunidad de las empresas productoras para que su marca propia sea relevante para el consumidor final.

PD: Este post tendrá segunda parte, pero centrado en la posibilidad de una venta “Long Tail” en las frutas y hortalizas (soñar es gratis).