Corría el año 2007 y en los incipientes ambientes «blogueros» del Reino Unido, sorprendió la campaña de micromarketing (vaya palabro) de un vino sudafricano llamado «Stormhoek«.

La receta era sencilla digamos la verdad sobre nuestro vino: «No es el mejor que vayas a encontrar, pero es bueno y no es muy caro; así que ¿por qué no lo pruebas?».

Antes de seguir, y una vez más, insistiré en las bondades de un buen posicionamiento y sus características. Un adecuado posicionamiento de un producto/marca ha de ser: Relevante, Respaldado y Diferenciado.

Relevante. Esto es precisamente lo que hicieron estos señores, ofrecer algo que a los consumidores les interesa: un vino bueno y con precio módico.

Respaldado. «Es todo verdad». El vino es bueno pero no reclaman tener el mejor vino.

Diferenciado. Esta gente son sinceros y no hay mucha gente sincera; es más, la publicidad actual es percibida como mayormente engañosa. Y por esta vía consiguieron la diferenciación; por que en el afán de adornar los productos, los publicistas caen continuamente, sino en la mentira, en la decepción de las expectativas creadas.

Pero de toda la historia, lo que más me interesa es la estrategia de comunicación. Ya hemos visto que el posicionamiento es correcto, pero es que además la campaña de comunicación no les ha costado casi nada. Se han limitado a colgar en varios Blogs un reclamo de «su verdad» sobre el vino, ofreciendo algunas botellas gratis para aquellos que lo solicitaran y pidiendo opinión una vez probado.

Es lo que ahora se conoce como marketing viral. Es decir, coloca un reclamo en un sitio donde mucha gente lo pueda ver y que además resulta gratis (o casi gratis) y espera que se extienda como una epidemia; o como se decía antes: “de boca en boca” (ahora más políticamente correcto: de boca a oreja).bloggers

Desde estos incipientes inicios del mundo bloguero y de las redes sociales, mucho ha llovido y es evidentemente más difícil generar una campaña de marketing viral que tenga éxito. Pero me sigue gustando recordar esta historia para repetirme diariamente en mi quehacer profesional las dos lecciones que lleva implícita.

La primera, que no sólo se puede hacer marketing en las empresas pequeñas y sin recursos, sino que incluso, se pueden hacer campañas de publicidad.

Y la segunda, «La verdad os hará libres… o quizá ricos”.