En el mundo de los productos hortofrutícolas en fresco sucede lo impensable. Imaginan un país en que el 80% de las frutas y hortalizas se venden con marca de la distribución. Imaginan un país en que en la abrumadora mayoría de cadenas de supermercados sólo se vendan frutas y hortalizas de su propia marca.

No busquen más ya existe, es el Reino Unido. La marca ha sido desde siempre un elemento de lucha por el poder de atracción de los consumidores. Si el producto es bueno y está respaldado, la marca se constituye en una barrera a la sustitución del proveedor para la cadena minorista.barcode

Si sólo lo viéramos desde este punto de vista, diríamos que la batalla la hemos perdido en el Reino Unido. Aunque siempre nos queda algo por lo que luchar. En este caso en concreto ante la falta de marcas en el lineal, los consumidores se quedan huérfanos de elección y los supermercados lo saben. Si en el resto de la alimentación buscan lineales que respondan a posicionamientos concretos utilizando marcas líderes, primeras marcas y MDDs , en alimentación en fresco han tratado de repetir el efecto creando diferentes familias de elección.

Por ejemplo Sainsburys, utiliza la líneas «Taste the difference» y «Basic», la primera para un público más selecto orientado al sabor y la segunda para aquellos que quieren el producto a un buen precio.

Y como decía anteriormente, aquí ya se vislumbran las oportunidades por las que podremos luchar y que disminuyan la capacidad de sustituirnos de la cadena minorista. Es evidente que si estamos enmarcados en la línea «Basic» lo que el distribuidor nos va a pedir es simplemente precio, pero si lo que quiere es un producto de mayor nivel de calidad visual y organoléptica no lo va ni a encontrar tan fácilmente, ni al precio que quiera.