En la anterior entrada del blog, comenzaba un serial sobre la situación en la que se encuentra el mercado del Reino Unido para los productos de gran consumo y específicamente los productos frescos. Y ayer saltó la noticia…

A resultas de un reportaje de investigación del canal de TV, Channel 4, y el periódico, The Daily Mail, se produjo una crisis (una más) de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) de las que vienen siendo  ya habituales en este mercado (ver otras: leche de productores británicos, tomates de Marruecos)

En esta ocasión le tocó a Murcia, en general, y a una empresa de lechugas, en particular. Como en casi todo reportaje periodístico actual, hay cierta superficialidad y efectismo (espectáculo), pero es innegable que han encontrado algunos hechos que deben ser investigados.

La parte superficial, es querer hacer que unos hechos concretos ilustren la realidad productiva de Murcia en general.  Y el efectismo (espectáculo o amarillismo), es adornar el reportaje con titulares como los siguientes:british

Como ya es habitual, tras el escándalo llegó la hora de los desmentidos y los ”papeles”. Las empresas  del sector hortofrutícola en España fueron requeridas a mandar toda la documentación relativa a la política de RSC, a las auditorías y a las certificaciones independientes en práctica.

En fin, un día intenso y típico de gestión de crisis con aclaraciones, declaraciones, mucha documentación y mucho nonsense.

La originalidad de la denuncia de estos medios ingleses (ver entrevista a Andrew Opie director para la alimentación y la sostenibilidad del British Retail Consortium), radica en que en vez de centrar las críticas en las empresas españolas (que también), se lanzan a acusar al de casa (los supermercados), de desentendimiento y prácticas abusivas para, finalmente, dar con una posible explicación que hace responsables, últimos, a todos los consumidores (los precios continuamente bajos)

Irónicamente, los productores (y sus asociaciones), tanto en Reino Unido como en España, han fomentado la actualidad de este debate con la denuncia de malas prácticas de la distribución o con las demandas de precios “justos” que les permitan sobrevivir. Porque es lógico pensar que cuando falta el margen, empezarás a recortar en todo. O como dicen ellos: “Cutting Corners”.

El reto de nuestras empresas para el futuro, teniendo como contexto una guerra de precios generalizada, es conseguir sobrevivir, recortando en lo accesorio pero nunca en lo principal (RSC, condiciones comercio ético, seguridad alimentaria, calidad, etc.)

Según noticias de ciertas fuentes periodísticas, en los próximos días asistiremos a algún que otro reportaje en medios internacionales sobre el mismo tema y con epicentro en el sureste de España. Por lo tanto, la RSC vuelve a estar en primer plano de actualidad y parece que para quedarse.

En un próximo artículo, trataré de desentrañar las claves de la RCS (desde una perspectiva marketiniana) en Europa, su repercusión, los diferentes métodos de medirlas y quienes son sus principales actores (alguno de ellos sorprenderá)

Conclusiones: a corto plazo da igual si eres inocente o no, porque las malas prácticas de unos pocos, manchan la reputación de todos. Ningún sistema de prevención (certificaciones independientes incluidas) garantiza la ausencia de incidentes puntuales. A medio y largo plazo, la inversión en RSC, sí tiene sentido y es la única salida (es también un imperativo moral), aunque en el corto plazo, límite el crecimiento y las oportunidades.