La celebración de Halloween es un evento tradicional en los países anglosajones que tiene un origen pagano y que ha conseguido sobrevivir a base mezclarse (sincretismo) con la tradición cristiana predominante en estos países.

Su origen y el curioso empleo de la simbólica calabaza tallada como Jack o’ Lantern, está mejor explicado en el siguiente enlace a una noticia de la BBC. Lo que es menos conocido es que, al igual que en el resto de especies vegetales, las calabazas han sufrido un proceso de selección y mejoramiento varietal. Pero en este caso, en vez de buscar propiedades relacionadas con la productividad o la mejora organoléptica, su proceso de mejora ha buscado hacerlas más fáciles de tallar y lo suficientemente huecas para poner una luz interior. La variedad Howden y sus sucesivas mejoras genéticas llevan dominando el mercado desde los años 60.pumpkin-157050_1280

Me pregunto qué pensará el moderno lobby de la lucha contra el desperdicio alimentario sobre las enormes promociones de calabazas que hemos visto durante la última semana. En UK, donde estuve un par de días la semana pasada, contrastaban los enormes contenedores de calabazas con los carteles de concienciación sobre el desperdicio alimentario. ¡Con las tradiciones hemos topado! – pensé.

Otra de las tradiciones de estas fechas es contar historias escalofriantes. Como la temática de este blog es la agricultura y por extensión la alimentación, he pensado cumplir la tradición coherentemente…

Año 2050, la población supera los 9.000 millones de habitantes. Las capacidades productivas del planeta han sido ampliamente superadas.

Las promisorias tecnologías y biotecnologías, de las pasadas décadas, no han sido capaces de producir suficientes alimentos para atender las necesidades de la creciente población mundial.

Los esfuerzos y la investigación han sido constantes: cereales híbridos, plantas resistentes al calor, cultivos eficientes en el uso de agua y nitrógeno, fitosanitarios específicos, protección genómica a plagas y enfermedades, big data, puesta en cultivo de nuevas tierras, etc. Y sin embargo, no ha sido suficiente…

La primera gran crisis alimentaria fue hace dos décadas, ahora, las hambrunas son comunes en los zonas más desfavorecidas del planeta.

Los grandes poderes han tomado posiciones para controlar los recursos. La propiedad y el uso del agua, la tierra y los insumos clave han quedado regulados y restringidos por ley. En algunas regiones y países, la producción agroalimentaria está completamente nacionalizada y controlada por los poderes estatales.

Los cierres de fronteras para impedir el comercio de alimentos son habituales y sólo se abren en caso de extrema necesidad y para intercambiar alimentos clave. La población, ante las carencias, se ha lanzado en una vuelta descontrolada al campo y se implantado una agricultura de subsistencia, marginal y complementaria a los envíos del racionamiento estatal. El comercio ha desaparecido y dependemos del auto-consumo y el trueque. Las personas sin tierra son los nuevos parias. Y a todo esto le llaman, ahora, Hiper-ruralización.

Espero que no sea este el futuro que nos quede por ver… pero me he asustado, hasta yo, escribiéndolo.