En el capítulo 1, aparte dar unas primeras bases teóricas del sector, también sugiero unos cuantos conceptos de especificidades del sector con la esperanza de que sirvan de modelos mentales para abordar el resto de capítulos.

Este es el caso de la entropía, un tema que toco muy brevemente y que seguro hubiera valido la pena darle una mayor profundidad.

La entropía es un concepto heredado de la física termodinámica. Para explicarlo coloquialmente equiparamos entropía a desorden. Es un proceso natural.

La mayoría de los sistemas y estados de la materia tienden al desorden y sólo aplicando energía conseguimos detener la degradación o reorganizar los sistemas. Los sistemas tienden a aumentar su entropía con el tiempo, pero cada uno con un ritmo y una dinámica propia.

En ese sentido el sector hortofrutícola me parece especialmente afectado por la entropía. Hay multitud de factores que generan desorden y los procesos de degradación entrópica pueden ser muy rápidos.

No es que sea una especie de ley de Murphy del sector. Es peor. Es ver cómo soluciones implementadas dejan de funcionar. Es ver cómo se va degradando un proceso establecido y hay que empezar desde lo básico para volver a reconstruirlo.

La entropía se ceba con muchos cultivos hortícolas a los que llamamos “forzados” por estar fuera de su estación natural de cultivo o por luchar contra condiciones naturales que dificultan su cultivo. Pero creo que es generalizable, en mayor o menor medida, a todos los hortofrutícolas. Los “elementos” juegan mayoritariamente a la contra.

Y estos elementos no son sólo los del clima o las condiciones naturales de cultivo. Existen números factores que también tienen un comportamiento de rápida degradación y difícil estabilización.

La información es uno de ellos. Aparte de ser incompleta, la información que te permite gestionar la empresa hortofrutícola es altamente perecedera. Su degradación tiene influencia en la toma de decisión y en otro factor entrópico que tiene su propia dinámica, la interacción social.

Las interacciones personales en la sociedad, en las empresas o en los países pueden tender a un desorden que llega a ser explosivo. En nuestro caso, la intensificación del factor trabajo, la complejidad de las interacciones, la diversidad de los perfiles profesionales y la débil estructura sectorial convierten este factor en un elemento claramente entrópico.

En definitiva, el sector está permanentemente haciendo un esfuerzo adicional para luchar contra todas las fuentes de entropía. Nuestro sector tiende al desorden más rápidamente y todo requiere más energía para su mantenimiento y reorganización.

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