Como algunos de vosotros ya sabéis, la asociación ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados) ha decidido concederme el premio anual, #VIIpremioASEDAS, al mejor artículo de la revista #DistribuciónyConsumo de MERCASA.

El acto, en el que intervendrán D. Ignacio G. Magarzo (Director General de ASEDAS) y D. Ramón Sempere (Presidente de Mercasa), se retrasmitirá en streaming y os invito a inscribiros en el siguiente enlace: https://register.gotowebinar.com/register/4991479745528222221

No sé si le ocurre a todo el mundo pero cada vez que he recibido un reconocimiento profesional público, como en esta ocasión, me asaltan dos sentimientos enfrentados. Por un lado, esa sensación dulce que llena el ego que cada uno tenemos y, por otro, el famoso síndrome del impostor.

En este caso, si cabe, la sensación de impostura es quizás mayor. Un premio por escribir un artículo en medios profesionales a un ingeniero como yo, alejado de la formalidad de la academia y sin formación periodística.

Tras la comunicación del premio, he recibido un aluvión de felicitaciones privadas y públicas en redes sociales. Aunque con los periodistas agroalimentarios que me llamaron para felicitarme yo dirigía la conversación hacia un cierto cariz exculpatorio…

  • Enhorabuena, David.
  • Muchas gracias. Aunque me da un poco de vergüenza recibir un premio como articulista sin ser periodista ni divulgador.
  • Ni mucho menos, David. Te mereces el reconocimiento. Haces una labor estupenda.

Así que, tras recibir los parabienes, me ha parecido buen momento para hacer balance sobre mi actividad de divulgación y reflexión pública sobre el sector de los últimos 5 años.

Este Blog ha sido mi vehículo principal de comunicación con el sector durante los últimos 5 años. Un blog que tengo algo abandonado en los últimos meses por múltiples motivos. Ciertas necesidades familiares inexcusables, la intensísima dedicación a los proyectos de la empresa y mi gran proyecto personal de culminar un libro sobre el sector hortofrutícola que llevo escribiendo intermitentemente durante los últimos 20 años, me han llevado a faltar a la cita periódica con los seguidores del blog en los últimos meses.

Sin embargo, más de 1000 usuarios únicos visitan el blog cada mes y llegan a 3000 en los meses en los que deslizo un artículo. El blog acumula más de 200 publicaciones pero no ha sido el único medio que he utilizado para acercarme al sector.

En los últimos 5 años, he sido conferenciante en 74 eventos y participado en numerosas actividades “in-company”. Y, como no, también he tratado de mantener mi presencia en los medios profesionales del sector con unas 45 contribuciones (artículos o entrevistas) en Revista Mercados, DistribuciónYConsumo de Mercasa, Fruit Today, FyH, Ecomercio agrario, Siete, Eurofruit, Fruchthandel, Revista c84, y un largo etcétera (Mis disculpas a los que se queden sin mencionar).

A veces está bien parar y recordarnos por qué hacemos las cosas. Hace un tiempo escribí lo siguiente con respecto al blog pero, creo, que es igualmente aplicable al resto de mis actividades de comunicación: “Este blog va de lo que he aprendido (y espero enseñar a otros), de lo que ignoro (y espero que otros me instruyan con sus comentarios) y de comentar la actualidad con un punto crítico y lúdico (mi desahogo personal)”.

Mi motivación sigue siendo la misma aunque las ocupaciones y responsabilidades profesionales se me han multiplicado en estos últimos años.

Este sector es muy complejo. Casi no hay verdades escritas en piedra y los profesionales del sector avanzamos en esta penumbra con una sensación de soledad y desamparo. Gracias a esta actividad de comunicación he conocido gente increíble, me han puesto a prueba con comentarios en redes y con preguntas a bocajarro en conferencias. Todo ello me ha obligado a conocerme mejor y a reflexionar mucho más sobre cada tontería de la que se me ocurre escribir o hablar.

Hasta ahora, he gozado de una gran generosidad por parte del los profesionales del sector. Incluso estando en desacuerdo o metiéndome en su terreno, la absoluta generalidad ha sido elegante en la crítica. Y digo esto por que soy consciente del riesgo. Expresar opiniones abiertamente puede afectarnos profesionalmente o dañar los intereses de terceros. Sin embargo, creo que, en general, los beneficios de compartir y debatir superan a los riesgos.

En ese sentido, y tras este reconocimiento, os renuevo la promesa. Seguiré contribuyendo al debate, allí dónde pueda y mejor sepa, pero os sigo solicitando vuestra generosidad con este aprendiz.