En el primer artículo de este serial (Estoy de vuelta y amenazo con un libro), hacía referencia a un acervo colectivo de las personas que trabajan en el mundo de la hortofruticultura. Una cultura común que se expresa muchas veces en forma de frases hechas, chascarrillos o anécdotas. Y os invitaba a compartir conmigo esas frases que voy recopilando en el segundo artículo del serial (Las Frases de la Hortofruticultura).

Este acervo colectivo es algo que he percibido de una manera vívida a lo largo de toda mi carrera y, especialmente evidente, cuando trataba por motivos profesionales con personas de muy diferentes países y culturas.

Aparte de la evidente sintonía por pertenecer al mismo gremio, hay una comprensión anticipatoria en casi cada conversación. Tu interlocutor casi que puede continuar tu anécdota del negocio, allí dónde has hecho una pausa, con una versión propia que llega a la misma conclusión. A veces, puede haber un problema de interlocución basado en las palabras que usamos, pero el concepto subyacente suele ser el mismo. Es decir, que aun usando palabras diferentes que provocan una cierta ambigüedad, si por el contexto intuimos el concepto abstracto del que estamos hablando, podemos estar casi seguros de entender de manera profunda la conversación.

Hablo de acervo compartido con la intención de empujaros a aceptar mi propuesta de partida. La idea que propongo es que hay un componente de homogeneización cultural en las personas que forman parte del sector que cruza fronteras, identidades nacionales, culturas y creencias.

Creo que la actividad hortofrutícola hace una selección de caracteres personales cuyo primer filtro es expulsar del negocio, vía agotamiento y frustración, a los que no se adaptan a este entorno. Más tarde, el resto de características del acervo común van cincelándose mediante una presión de incentivos del medio en que nos movemos. Esto es lo que, en mi opinión, hace posible que se genere esta idea de cultura propia del sector.

No es que todas las personas que nos dedicamos a este negocio seamos iguales y nos comportemos igual; ni mucho, menos. Pero sí hay rasgos compartidos que se constatan cuando inconscientemente pensamos cosas como: “este tipo no parece del sector” o “no creo que dure mucho trabajando en este sector”. Hay una serie de intangibles difíciles de precisar que nos hacen concluir con estas sentencias. Incluso gente externa al sector percibe ciertos rasgos comunes o eso creo entender cuando llevo oyendo a tanta gente decirme que, por ejemplo, los agricultores son “iguales en todo el mundo”.

En cualquier caso, no soy antropólogo y no pretendo hacer un tratado sobre las características comunes y transculturales de los miembros del colectivo hortofrutícola. Pero, una vez reconocido que hay un entorno común de incentivos (positivos y negativos) que genera experiencias similares, estoy interesado sobremanera en comprender los mecanismos que las forjan y en plantear aquellas virtudes que creo que permiten a las personas tener éxito profesional en nuestro negocio.

Y aquí va la pregunta o las preguntas de la semana…

Habréis visto a muchos compañeros abandonar el sector. A algunos siendo unos recién llegados y otros después de muchos años de ejercicio. Incluso vosotros habréis prensado alguna vez en dejarlo todo y buscar trabajo en otro sector completamente diferente.

¿Cuáles son los motivos que llevan a los profesionales a abandonar el sector?

¿Cuáles las cosas de nuestro negocio que repelen a los observadores externos (amigos, parejas, familia)?

¿Cuáles son los elementos de esa selección Darwiniana que expulsa a algunos y nos engancha a otros?

Empiezo yo con la primera respuesta y os solicito las vuestras. Creo que la falta de una cierta rutina crea un efecto desasosegante en mucha gente. Que no haya ningún día igual es adictivo para algunos y para otros es vivir con una angustiosa sensación de urgencia. La incertidumbre es algo a lo que pocas personas se acostumbran.

Os recuerdo que seguiré planteando preguntas con periodicidad semanal sobre diversa temática que planeo incluir en un próximo libro dedicado al negocio hortofrutícola.

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