En todos las profesiones hay un vocabulario propio que a veces se convierte en un cuasi-idioma al que llamamos jerga. Los profesionales hablan entre ellos en algo que fonéticamente parece ser el idioma común y compartido del pais, pero que el común de los mortales somos incapaces de entender.

Casi todos hemos tenido la experiencia de tratar con abogados o médicos que no hacían ningún esfuerzo en “traducir” su jerga y nos solemos quedar petrificados. ¿Qué ha querido decir? ¿Debía yo saber qué es eso?

Y sí, en nuestro negocio no íbamos a ser menos. A veces en casa nos preguntan por nuestro trabajo y soltamos la parrafada de cómo ha ido el día. Cuando pasas de las vagas generalidades a los detalles, las caras empiezan a esbozar gestos de interrogación para terminar en pérdida de atención.

Se nos olvida que siempre es necesario un esfuerzo de simplificación si queremos hacernos entender y comunicar fuera de nuestra burbuja profesional. Sin embargo, la jerga profesional es muy útil de puertas adentro. Entre otras cosas, permite describir un concepto con una sola palabra para el cual necesitaríamos varios párrafos. Y no es sólo una ventaja de economía del lenguaje y la comunicación, también permite la precisión. Cuando el concepto tiene un nombre concreto no-ambiguo podemos estar seguros que ambos protagonistas del proceso de comunicación (emisor y receptor) se están entendiendo.

Creo que todos estaremos de acuerdo que en nuestro sector existe esa jerga, pero que no está compilada en ningún sitio. Es decir, no conozco ningún diccionario ni índice terminológico del negocio hortofrutícola. Así que me he propuesto empezar a recoger estos términos para incluirlos en el proyecto del libro.

Aquí viene la petición de la semana. Os solicito ayuda para este objetivo.

Por favor mandadme todos términos que penséis que son propios de nuestra profesión. No importa que sean humorísticos o que penséis que sólo se utilizan en vuestra empresa. El objetivo son todas aquellas palabras o conceptos que no entendería el vecino en una conversación de escalera. Cuanto menos técnicos y más usados mejor, pero da igual; mandadlos todos que seguro que vamos a aprender y divertirnos… Y por favor, no olvidéis la definición o traducción.

Empiezo yo con un ejemplo algo rebuscado, pero que ilustra cómo se crea uno de esos términos… la semana pasada estaba leyendo una revista del sector y vi el titular: “la casa de semillas X amplia su gama de Nueva Delhi en calabacín”. La interpretación del titular es tan difícil para el lego como la letra de la receta del médico. ¿Qué dice qué? ¿Qué es un Nueva Delhi?

Traducción: “La casa de semillas, en cuestión, ha desarrollado nuevas variedades de calabacín resistentes a un peligroso virus hortícola llamado Tomato leaf curl New Delhi virus (ToLCNDV) que actualmente afecta gravemente a los cultivos.

Para los productores de calabacín, Nueva Delhi ya no es la capital de la India sino un peligroso virus que puede arruinarlos. De igual modo, para los productores de tomate, el término “rugoso” ya no atañe a una superficie irregular sino al virus del fruto rugoso marrón del tomate (ToBRFV).

Otros ejemplos más generalistas:

  • “Fruta que viaja” o “fruta que no viaja”. Fruta con buena vida útil que permite trayectos logísticos largos o no.
  • “estrío” o “destrío”. Parte de la cosecha descartada en el proceso de selección de calidad comercial del producto.
  • “Fruta que come bien”. Fruta con buen sabor. Muy usado en el levante.
  • “Invernadero de raspa y amagado”. Típica estructura de invernadero del sureste español.

Os recuerdo que seguiré planteando preguntas con periodicidad semanal sobre diversa temática que planeo incluir en un próximo libro dedicado al negocio hortofrutícola.

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